Una tarde de Abril.

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Eran un día de Abril había llovido, tumbada en la mojada hierba sus ropas se empapaba vagamente, el aire fresco inundaba sus pulmones, ni un ruido, nada. La carretera estaba a tan solo unos metros pero era tal sus ganas de alejarse de este mundo que no era capaz de oírla, los coches los semáforos, las prisas, el estrés, las obligaciones, los madrugadores, los horarios, eran signos inconexos en su mente, no podía reconocerlos, había vivido tanto tiempo atrapada y guiada por ellos que ahora los odiaba, pero hoy era feliz. Era feliz porque la había despertado la luz del alba, era feliz porque el frescor y la bruma de la mañana le hacía de almohada, era feliz porque habla dormido ese deseado punto medio en el que un día, hace ya algunos siglos, un sabio griego proclamó que era donde se encontraba la virtud, Sufre tanto el ser humano, que siempre desea lo que no tiene, el que se levanta tarde quiso hacerlo pronto y oír como  los pájaros cantan a lo lejos, como la luna se despide para quizá volver mañana y aparece el sol que ayer prometió que tal vez volvería hoy, los que se levantan pronto envidian al que está durmiendo ¿Quién no desearía volver a ser pequeño?, ¿ Quién no quisiera volar por el mundo entero?,  ¿Ser un héroe, una princesa, o un ladrón de pelucas? Y es que todo esto son los sueños, en los sueños encontramos un mundo enteramente nuestro, que razón tenía aquel hombrecillo de barba blanca. Como iba diciendo era feliz, feliz porque quizá nunca volvería a repetirse ese momento, feliz porque mañana nada volvería a ser igual, feliz porque cada segundo, cada momento de su vida no fue en vano, era feliz porque sí.
Aquella mañana de Abril, era feliz, quizá no lo sería siempre, tal vez esa felicidad durará tan solo unos escasos minutos ¿quién sabe?, pero hay que aprender a apreciar los momentos que somos felices, aunque no haya razón aparente, hay que darse cuenta que la vida es algo más que obligaciones y deberes, algo más que estar ahí para quien te necesite, algo más preguntas sin respuesta y respuestas a preguntas que nadie había hecho. La vida es sueño, Bendito Calderón de la Barca. Ilusión, amor, alegría, la vida son buenos momentos, la vida son risas, la vida es un abrazo, la vida es una postal, la vida es un niño, la vida es sexo, la vida es felicidad.


Y quizás alguien se pregunte ¿de qué va esta historia? Esta es la historia de una chica normal que una mañana de Abril se tumbó en la hierba mojada y fue feliz, ¿puede haber mejor final?.





"Hay que aprender a apreciar los momentos que somos felices"