ÉL
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introspectivo,
Relato,
tristeza,
vida cotidiana
·
Publicado por
Juana
en
19.3.14
Hacía un calor impropio del mes de
diciembre, lucía un sol que él creía que tardaría mucho tiempo en
volver a ver, la observó desde el otro lado del banco, no le atraía,
al menos no de esa forma, pero no podía dejar de mirarla. En ese
momento ella se encendió un cigarro y cuando rozó sus labios solo
deseaba ser aquella colilla, tal vez si la deseaba de esa forma. El
humo se escapaba lentamente de su boca, como si fuera su alma la que
quisiera escapar con unas ansias de libertad solo propias del preso
condenado a la muerte en vida, del reo que jamás podrá dejar su
encierro, de aquel preso que un día luchó para ser libre y
finalmente esa lucha se convirtió en su tumba. Su respiración
parecía acelerada, había llorado, sus ojos verdes estaban tristes,
sus labios estaban tristes, su cuerpo reflejaba la tristeza de su
ser. Esa melancolía era la que lo atrapaba, no podía dejar de
mirarla, quería hablararle, preguntarle su nombre, confesarle que la
quería, ¿la quería?, ¿cómo serían sus besos?, ¿cuál sería el
color de su alma?. Se levantó sin decir nada, ni siquiera lo miró,
él observó como se alejaba lentamente, tampoco le importó, tal vez
no la deseaba de esa forma... solo fue un instante el encuentro de
dos vidas que jamás volverían a encontrarse, o quizás sí, él
siempre recordaría sus ojos ¿siempre?, no significaba nada solo un
cruce de caminos.
"El humo se escapaba lentamente de su boca,
como si fuera su alma la que quisiera escapar"
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